jueves, 9 de septiembre de 2010

DISCOS CAPITALES

Recientemente estuve echándole un ojo al conteo realizado por Amazon.com, de los álbumes indie mas grandes de todos los tiempos y me sorprendió sobremanera encontrar encaramado en el podio a casi un 60% de bandas de los noventas, ahora que ser indie esta de moda y todo el mundo escucha The shins, o Death cab for cutie creyendo que tiene el dedo en el hoyo del keke, la verdad es que aunque cinematográficamente, musicalmente y estéticamente en general se ha rescatado la estética indie, fue en los años noventas cuando la música se vio convulsionada por álbumes que salían de ningún lado, obras maestras producidas en sellos vanguardistas y lo-fi como matador o scat que acababan inclusive con sus creadores, que tras exudar monumentales álbumes se sumían en crisis nerviosas como ocurrió con la banda Slint al completo quienes tras registrar Spiderland sufrieron una depresión colectiva; otros tantos se decepcionaban del entramado y la comercialidad de la escena underground como en el caso del genio tras Neutral Mil Hotel Jeff Mágnum quien tras parir el que definitivamente es el álbum mas extraño de los 90’s desapareció sin dejar rastro, o el genio maldito Robert Pollard frontman de Guided by voices, que decidió hacer carrera en sus propios términos sumiéndose en el lo – fi. la autoproducción y épicos registros en vivo donde el consumo de alcohol era de escaladas legendarias.
Estos discos y sus creadores fueron maltratados por su época, esto por la desesperación de la escena de aferrarse al Nirvanazo, consecuencia de una futilidad al que el glam había sumido a la música, es así que estas placas se anquilosaron en los corredores del tiempo siendo revisadas solo por los mas entusiastas cronistas del indie y el Under de los noventas, década engullida por ese maldito término “alternativo”.
Es así que ahora comparto cinco discos de algunas de estas fabulosas bandas que nos dejaron huérfanos de su talento, y me tienen preguntándome, que clase de álbumes estarían haciendo hoy por hoy, sobre todo por ser sus producciones la inspiración expresa de toda una generación musical y en otros casos creadoras de géneros completos.

Todo con descarga claro…todos gritemos de emocioooon!


1.- SLINT “SPIDERLAND” 1991.-


A principios de los noventas fuera de la generación de recursos a nivel comercial y el despegue del video como complementación de la música, el alma del rock no se veía por ningún lado, la propuesta se presentaba como algún ídolo glam hair metal de turno covereando alguna banda de classic rock, en este mar de incertidumbre nació a fines del 90 el disco mas intenso de toda su generación.

Slint ya tenía un disco titulado “tweez” de 1989, su primer trabajo estaba demasiado influenciado por el hardcore emocional de fugazy y las postrimerías del punk melódico, y no prometía nada nuevo. Es ahí cuando de la nada aparece el enigmático Spiderland uno de los capítulos, sino el más oscuro del rock de todos los tiempos, claro que tenemos a los Panteras o Slayers haciendo discos explícitamente violentos, pero el spiderland presenta una frialdad y un fatalismo sobrecogedor en la composición misma, compases y armonías que no sonaban a nada hecho hasta ese momento. Un trabajo vocal que no hace nada de hincapié en el cantante mismo, quien se limita a hablar o gritar sobre las complejas esquinas levantadas en armonía por la banda, contando verdaderas historias de desesperación, paranoia, terror, alienación, pérdida y monstruos.

No obstante de que solo cuenta con 6 tracks al spiderland no le sobra ni falta un solo segundo, y es considerada por la gran mayoría como una verdadera obra maestra del rock de todos los tiempos.

El álbum arranca con “Breadcrumb Trail”, una historia de adivinas de feria y montañas rusas, comienza de manera melódica y sin previo aviso comienza un ataque de distorsiónes y compases secos, casi puedes sentir el vértigo; aquí es cuando uno descubre al genial guitarrista de Slint David Pajo, otro genio eclipsado por la percepción noventera del “guitar hero” a lo Slash, que nos hizo olvidar lo que se siente conectarse con una canción ya sea con el noise de los Sonic Youth o los compases de los Pixies, en fin, los riffs explotando y el sonido sucio de guitarra te transportan a esta montaña - monstruo solo para bajar la intensidad al final.

Le sigue “Nosferatu Man”, las crónicas de un vampiro en necesidad de complacer a la reina de un castillo. La pulsación martillante del bajo, hace que uno casi imagine los pasillos anchos, y la velocidad del tema (el mas roquero del disco) transmite un sentimiento de paranoia y aversión perfecta para el tema.

“Don, Aman” es un retrato de su protagonista Don, poco se puede decir de la instrumentación ya que solo la guitarra y el vocalista narrando te llevan por el viaje, Don esta borracho, meando en el patio de una fiesta, lleno de ira al ver a todas las parejas, se siente vacío, la guitarra va aumentando en ritmo y luego se torna en distorsión insinuando alguna explosión de ira, la canción sugiere la posibilidad de un suicidio o un asesinato. El track termina con el cantante Brian McMahan exclamando “el sabía qué tenía que hacer” y deja una atmósfera de vacío aterrorizante.

“Washer”, es una canción de amor, y podría ser casi irrelevante si no fuera que esta canción sola es la razón de la existencia del post – rock, sep todos los Mogway, Sigur Ros, Mono y demases, le deben algo a esta canción, aquí nació la “dinámica a lo Slint” de la que hablan todos los melómanos post - roqueros, la intensidad vocal sin embargo es también sorprendente: “yo también estoy cansado, abrazando pensamientos en ésta noche sin sueños. Mi cabeza está vacía, mis pies calientes. Estoy a salvo de todo daño”, uno termina sabiendo con certeza que el cantante no esta afirmando…esta tratando de convencerse. Cuando simplemente parece que la canción no puede crecer más en intensidad, llega el clímax con una descarnada guitarra sonando casi como un llanto.

“For dinner”, es un pasaje hacia el final del disco y su capítulo mas intenso “Good Morning, Captain” que es sin lugar a dudas una de las más oscuras canciones jamás escritas. Su beat transcurre, con los bajos y guitarras entrando y saliendo, mientras se cuenta la historia del capitán, la banda se las arregla para describir con maestría musical como la tormenta destruye el barco, el único sobreviviente el capitán llega a la playa y descubre a fantasma de su pequeño hijo quien dice al capitán “estoy tratando de encontrar el camino a casa. Lo siento… y te extraño” para dar paso a los armónicos explosivos de Pajo, imborrable para quien los escucha, mientras McMahan sólo grita “I miss you!” una y otra vez hasta que la banda nos abandona y nos deja una experiencia musical digna de compartir.

Spiderland influenció a toda una generación de músicos que curiosamente encumbraron sus conceptos de math rock y post rock mas allá de la década que los vio nacer y morir. Este disco está destinado a cambiar la forma de entender el rock de quien lo escuche, y tras escucharlo, nada es igual. Lastimosamente este disco fue tan traumático para la banda, que tras el, nada se pudo hacer salvo separarse. No solo por el hecho de tener que ajustarse a sus estándares, sino que su misma creación llevo al colapso depresivo a casi toda la banda, la leyenda cuenta que la intensidad que había llevado a la creación del disco hizo que Slint al integro tuviera que ingresar a un instituto psiquiátrico. Les insinúo escucharlo con mucho criterio.


Nos falta cuatro...en la próxima reseña NEUTRAL MILK HOTEL!!! quedan advertidos…

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